sábado, 10 de octubre de 2009

EL ESTRÉS




Según varios estudios, el estrés ha sido identificado como el segundo problema de salud más importante en la Unión Europea. Evidentemente, esto se traduce en cifras importantes de sufrimiento personal y de pérdidas económicas.


Estrés significa esfuerzo de adaptación, por lo que tanto los cambios positivos como los negativos lo producen. Por ello, el estrés es un hecho habitual en nuestras vidas. Es inevitable, ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos provoca estrés. Los sucesos negativos, daño, enfermedad o muerte de un ser querido, son hechos estresantes; así como los sucesos positivos: acender en el trabajo trae consigo el estrés de un nuevo estatus, de nuevas responsabilidades.


ESTRÉS LABORAL: el estrés en el trabajo es el desequilibrio entre las aspiraciones de un individuo y la realidad de sus condiciones de trabajo, o dicho de otra forma, es la diferencia percibida entre las demandas profesionales y la capacidad de la persona para llevarlas a cabo.


La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se refiere al estrés laboral en los siguientes términos: "Esta enfermedad es un peligro para las economías de los países industrializados y en vás de desarrollo. Resiente la productividad al afectar la salud física y mental de los trabajadores".






Las consecuencias del estrés abarcan una amplia gama que va desde la fatiga crónica hasta la depresión, provocado todo ello por insomnio, asiedad, migrañas, transtornos emocionales, alergias, problemas dermatológicos, reuma, abuso del tabaco y del alcohol, y pueden culminar en consecuencias mucho más serias: infartos, accidentes e incluso suicidios.


Hay algunas personas que son más proclives a sufrir estrés (negativo). Aunque sería muy arriesgado definir un tipo de personalidad completa que pudiera ser susceptible, más que otra, de sufrir las consecuencias del estrés, ya que no sólo entran en juego rasgos de personalidad, sino también actitudes completas, historias personales y experiencias anteriores.


Después de investigar miles de pacientes en todo el mundo que sufren dolencias del aparato circulatorio, digestivo, respiratorio, dermatológico, endocrino, etc. sin que, para tales transtornos, los médicos pudieran encontrar una causa física, pudieron aislarse los siguientes patrones de conducta comunes:
  • Personas que desarrollan una actividad profesional muy intensa.

  • Con alta resistencia al cansancio.

  • Apariencia de ausencia de conflictos emocionales.

  • Funcionamiento mental intenso (el pensamiento dobla a la acción).

  • Con relaciones personales carentes de afectividad.

  • Con ausencia de sueños o sueños muy probres.

Podemos señalar que sería suficiente que se dieran tres de éstas seis circunstancias para pensar que una persona tiene tendencia a sufrir consecuencias negativas en su salud por causa del estrés.



¿CÓMO CONVERTIR EL "MAL ESTRÉS" EN "BUEN ESTRÉS"?

La clave del éxito, en la conversión del estrés negativo en positivo, reside en utilizar la técnica apropiada en función de la causa que genera la situación, y de la persona o personas que participan en ella.


Por un lado tenemos los medios que la organización debe ponr n marcha para minimizar los riesgos laborales:
  1. Seguridad e Higiene en el Trabajo.

  2. Políticas de Recursos Humanos.

En un segundo grupo estarían las técnicas tradicionales personales del control del estrés:

  • Relajación y respiración.

  • Ejercicio físico.

  • Afrontamiento.

  • Verbalización.

  • Técnicas de grupo.

Y un tercer elemento a valorar como herramienta es aumentar en nosotros mismos nuestros recursos personales.


Esta técnica es, en realidad, la base de cualquier otra que se pretenda utilizar. Consiste en aprender a utilizar parte del potencial cerebral que no desarrollamos: la creatividad.



Os dejamos con una noticia relacionada, de Europa-Press... y un video de personas muy estresadas.





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